Mackenzie. Boston, 2024, en dirección a Jamaica Plain Casa de la familia Hernández. Mientras miraba por la ventanilla de la limusina, decidí que no preguntaría más donde íbamos, mi madre no soltaba prenda, y mi padre, por claro instinto de supervivencia, y para que la mujer que amaba no se lo hiciera pagar más tarde, no iba a soltar prenda. Tenía una ligera sospecha cual era el interés de mi madre, para que yo asistiera a esta fiesta, seguro que la amiga o amigos de mis padres, tenía un ejecutivo, o heredero, soltero al que mi madre intentaría presentarme, con pretensiones claras. No era la primera vez que me hacía algo como esto, por otro lado mi madre debería haber aprendido hace años, que hacerme este tipo de encerrona, sólo la avergonzaba más, desde muy pronto, aprendí que ante estos trucos sucios de mi madre, yo sólo tenía que comportarme como lo que todos creías que yo era, una heredera caprichosa, malcriada y exigente, la millonaria más insoportable y o
Brandon. Boston, 2024, Jamaica Plain, Casa de la familia Hernández. No podía creer que la Lunática pelirroja estuviera en la casa de mis padres, ni que la madre de Mackenzie conociera a mi madre, ni si quiera se movían en los mismos círculos sociales. Sólo había una respuesta lógica razonada a todo esto, nuestras madres tenían un plan que nos incluía a los dos, y esa idea, además de que nuestros sendos padres hubieran huido, sin apenas saludar, como si se desentendieran de todo esto, me dejaban claro que en cuanto pudiera, debía de poner tierra de por medio. La primera, y única vez que lo intente, la señora Hernández,” Ojos de águila”, cortó mi retirada con su mano sobre mi brazo, mientras me miraba, con una clara, y rotunda, mirada de advertencia materna. El “Ni se te ocurra, o la tenemos”- era un maldito cartel de neón en el fondo de sus ojos. Así que tuve que controlar mi instinto de supervivencia, mientras trataba de prepararme para lo que me venía encima.
Mackenzie. Boston, 2024, Jamaica Plain, Casa de la familia Hernández. Sabía lo que estaba haciendo el Vader bombero, creo que yo hubiera hecho lo mismo si él no se me hubiera adelantado antes, así que decidí seguirle el juego, quizás si nuestras madres nos veían intentado matarnos el uno al otro, se replegarían en esa idea que vi brillar en los ojos de mi madre, y que, aunque no lo dijo, lo pensaba claramente. Llevo años esquivando los planes casamenteros de mi madre, me había hecho una experta en identificar esa sonrisita de satisfacción, y ese brillo en sus ojos verdes que dicen claramente “quiero ser la suegra de este hombre, y tener muchos nietos, como él”. Así que por mucho que quisiera disimular, Céline O ´Sullivan, tenía intenciones muy claras, que yo veía, aparte de, gravemente, faltas de lógica, eran muy peligrosas. Que el Vader bombero y yo estuviéramos a punto de sacar los puñales, al puro estilo de la serie Game of Thrones, para apuñalarnos el uno
Mackenzie. Boston, 2024, Jamaica Plain, Casa de la familia Hernández. Descubrí que la madre de Brandon, la señora Kiara, fue la que se habia enamorado en primer lugar del padre de Vader, y lo había perseguido hasta que este se rindió a la rica heredera neoyorquina, cuando los padres de esta, rechazaron al hombre que amaba, Kiara dejó todo atrás, para seguir al hombre que amaba, y hasta día de hoy no se ha arrepentido de su decisión, a pesar de que la familia de la señora Hernández ha intentado, muchas veces, contactar con ella, para que cambie de opinión, o que al menos, les diera su hijo varón, Brandon, que tras abandonar a su parte mexicana, se convertiría en el heredero de toda su fortuna, cosa que le bombero rechazó de primera, desde que oyó a los abogados los padres de Kiara proponérselo a su madre, cuando él tenía dieciséis años, luego el Vader adolescente los expulsó de su casa. Cuando supe esta historia tengo que decir que admiré al Bombero, ser fiel a sus
Brandon. Boston, 2024, Jamaica Plain, Casa de la familia Hernández. Supe en el momento exacto en que había metido la pata, por la mirada de advertencia de la Lunática, había visto tantas veces esos ojos amenazándome, y advirtiéndome con la mirada de las diferentes muertes que encantaría hacerme si pudiera, con tortura incluida, que esa mirada de advertencia que gritaba claramente “que has hecho, estúpido, cierra la bocaza”, era más nítida que el agua que corre por un manantial de montaña. Hasta mis hombres que estaban cerca, sin perderse le espectáculo, captaron esa mirada, y también la del padre de la Lunática, el señor O ´Sullivan, que, aunque algo nervioso, desde luego estaba mucho más controlado que la de su hija. Como siempre, el estúpido de Gordon, el benjamín, y más indiscreto de mis hombres, aunque no el con menos experiencia, tras oir la palabras preocupantes y sentenciantes, que no presagiaba nada bueno de la señora O ´Sullivan, cuando todos estáb
Mackenzie. Boston, 2024, Jamaica Plain, Casa de la familia Hernández. Tras un suspiro mi padre miró a mi madre, a la mujer que amaba con locura, y supe que iba a ceder, pero no esperé que lo que dijera, por un segundo, dejo a todos callados, incluido al Vader, que me miró con tensión y algo de sorpresa. - “La policía ha descubierto un compló para deshacerse de nuestra hija, sospechan que el móvil es eliminarla para poder quedarse con la empresa.”- miré a mi madre preocupada por su reacción, y no se me pasó desapercibido todas las emociones que atravesó su cara, que iban desde la incredulidad más absoluta, atravesando por el miedo, para finalmente encender algo furia, entremezclado con el miedo y la preocupación. Justo en ese momento el señor Hernández miró a su mujer y su hijo, y les hizo una señal como, para avisarles que esto no iba con ellos, que esto era muy privado y que debían abandonar el despacho para dejaran solos y que habla ramos tranquilos, v
Brandon. Boston, 2024, Parque de bomberos del distrito doce. Cuando abrí los ojos esa mañana ya oía a mis compañeros circulando por el pasillo que daba a los dormitorios, en la zona de descanso del parque. Unos ligeros ronquidos a mi lado, en la cama individual que estaba en el otro lado de la habitación reservada a los jefes de equipo, me confirmaron que Levín, el jefe Allen, había llegado tarde de la intervención que había tenido la noche anterior. La verdad era que no tenía que haberme incorporado al turno hasta el mediodía de hoy, pero después de lo sucedido ayer, con la madre de la Lunática, y, sobre todo, de lo que me enteré, que tenía que ver con el intento de alguien de eliminar a la CEO, cosa que por otra parte no debía de sorprenderme, hasta a mí, en ocasiones, me apetecía estrangularla, pero por razones diferentes, no simplemente por poder o dinero. Pero lo peor de todo, lo que más me afectó, y me hizo huir de la fiesta de celebración del cumpleaño
Brandon. Boston, 2024, Parque de bomberos del distrito doce. Cuando abrí los ojos esa mañana ya oía a mis compañeros circulando por el pasillo que daba a los dormitorios, en la zona de descanso del parque. Unos ligeros ronquidos a mi lado, en la cama individual que estaba en el otro lado de la habitación reservada a los jefes de equipo, me confirmaron que Levín, el jefe Allen, había llegado tarde de la intervención que había tenido la noche anterior. La verdad era que no tenía que haberme incorporado al turno hasta el mediodía de hoy, pero después de lo sucedido ayer, con la madre de la Lunática, y, sobre todo, de lo que me enteré, que tenía que ver con el intento de alguien de eliminar a la CEO, cosa que por otra parte no debía de sorprenderme, hasta a mí, en ocasiones, me apetecía estrangularla, pero por razones diferentes, no simplemente por poder o dinero. Pero lo peor de todo, lo que más me afectó, y me hizo huir de la fiesta de celebración del cumpleaño